El Naturalismo
El naturalismo fue un estilo artístico, sobre todo literario, basado en reproducir la realidad con una objetividad perfecta y documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. Su máximo representante, teorizador e impulsor fue el periodista Émile Zola que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Thérèse Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880). Desde Francia, el Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte años siguientes adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El naturalista presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: • 1. La herencia genética • 2. Las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) • 3. El entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Se considera que el Naturalismo es una evolución del Realismo. De hecho, la mayoría de los autores realistas evolucionó hacia esta corriente materialista, si bien otros orientaron su descripción de la realidad hacia el interior del personaje llegando a la novela psicológica. El Naturalismo, al igual que el Realismo, refuta el Romanticismo rechazando la evasión y volviendo la mirada a la realidad más cercana, material y cotidiana, pero, lejos de conformarse con la descripción de la mesocracia burguesa y su mentalidad individualista y materialista, extiende su mirada a las clases más desfavorecidas de la sociedad y pretende explicar los males de la sociedad de forma determinista.El Naturalismo tenía como objetivo explicar los comportamientos del ser humano. El novelista del Naturalismo pretende interpretar la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta humana. El Naturalismo surge en París; Zola fue el iniciador del movimiento Naturalista, al decidir romper con el romanticismo, crea este movimiento literario; siendo considerado el maestro de este movimiento junto con Gustave Flaubert. En sus obras más importantes describirían de manera cruda y realista el contexto social de París, el lugar de inicio del movimiento.
El Naturalismo en Europa
En Alemania destacan los escritores Carl Hauptmann (1858-1921) y Gerhart Hauptmann (1862-1946) entre otros. En Italia el naturalismo se denominó Verismo y tiene su principal autor en Giovanni Verga (1840-1922), y su obra maestra en la novela de este autor titulada Los Malavoglia (Los Malasangre); también siguió esta estética Luigi Capuana (1839-1915). En Gran Bretaña el gran novelista y poeta del naturalismo fue Thomas Hardy, y en el terreno dramático puede reconocerse alguna influencia de los postulados naturalistas en George Bernard Shaw a través de la asimilación que hace de dicha estética el dramaturgo noruego Henrik Ibsen. En Alemania no se desarrolló este movimiento con tanta fuerza y en Estados Unidos este movimiento llegó bastante tarde, aunque es posible reconocer el Naturalismo en las obras de Theodore Dreiser (Una tragedia americana) y una evolución importante en el Nuevo periodismo americano de, por ejemplo, Truman Capote. En Francia, fuera del líder del movimiento, Emile Zola, existe naturalismo en Gustave Flaubert y en otros autores de menor fuste.
El Naturalismo en Francia
Para algunos, el Naturalismo no es más que una segunda etapa del Realismo, para la cual un nuevo término no es necesario. Para otros, el Naturalismo constituye una corriente mayor que reagrupa a Honoré de Balzac y Gustave Flaubert, Leon Tolstoy y Anton Chejov. Numerosos son los que, por no decir la mayoría, utilizan los términos realismo y naturalismo alternativamente, indiferentemente o asociados. Esta confusión se debe a la ausencia de una teoría clara propiamente dicha sobre el Realismo; ella es también imputable a Emile Zola, quien, en su voluntad de anejar al naturalismo a prestigiosos narradores anteriores, atribuyó el calificativo de naturalistas a autores como Balzac, Stendhal, Flaubert (Les Romanciers naturalistes, 1881). Tomando como modelo al doctor Bernard en su Médecine expérimentale (1865), y siguiendo su método paso a paso, Zola considera que "El novelista está compuesto de un observador y un experimentador". El observador escoge su tema (el alcoholismo, por ejemplo) y emite una hipótesis (el alcoholismo es hereditario o se debe a la influencia del entorno). El método experimental reposa sobre el hecho de que el novelista "interviene de una manera directa para colocar a su personaje dentro de las condiciones" que revelarán el mecanismo de su pasión y verificarán la hipótesis inicial. "Al cabo, existe el conocimiento del hombre, el conocimiento científico, dentro de su acción individual y social". El naturalismo francés parece limitarse, fuera de Zola, a Guy de Maupassant, a los hermanos Goncourt y quizás a Alphonse Daudet. Los otros miembros del Grupo de Médan, Paul Alexis (1847-1901), Henri Céard (1851-1924), Léon Hennique (1851-1935) permanecen casi olvidados, mientras Octave Mirbeau criticó la doctrina zoliana. El Naturalismo pues se disolvió pronto en su propio país y fue rápidamente abandonado por sus partidarios. Joris-Karl Huysmans, en su À rebours (1884), rompió con la escuela de Zola y se volvió hacia el Espiritualismo (Là-bas, 1891). En 1887, Guy de Maupassant, en el prefacio de su novela Pierre et Jean (1888), afirmó que la objetividad es imposible en literatura. El mismo año, Le Figaro publicó el Manifiesto de los cinco en protesta por el extremismo de Zola en La Terre y ya en 1891 todos los hombres de letras están de acuerdo en afirmar que el Naturalismo está muerto.
El Naturalismo en España
El Naturalismo fue apoyado por los sectores republicanos y demócratas de España, la izquierda de época, y se enfrentó con una firme resistencia de los sectores conservadores que veían en él la disolución de los valores cristianos. Se difundió principalmente a principios de los 80, cuando se fueron dando una serie de pasos que terminaron por aclimatar esta estética en una parte de la literatura española de entonces: • Traducción en 1880 de varias novelas de Zola. • Aparición de La desheredada, de Benito Pérez Galdós, y crítica a la misma por Clarín, que vino a ser un manifiesto teórico del Naturalismo en España. • Aparición de Un viaje de novios, de Emilia Pardo Bazán (1881), cuyo prólogo es otro manifiesto del movimiento. • Discusiones en el Ateneo (finales de 1881 - principios de 1882) sobre el Naturalismo. • Publicación efímera de la revista Arte y Letras desde agosto de 1882 propiciada por Galdós, Sellés, Clarín, etc. • Artículos de Clarín (en La Diana) titulados Del Naturalismo (1882). • Publicación por Pardo Bazán, desde noviembre de 1882, de La cuestión palpitante. • Publicación efímera de la Revista Ibérica (desde abril de 1883), por Clarín, Jacinto Octavio Picón, etc. • Homenaje a Galdós por el Bilis club (1883), que fue una multitudinaria manifestación pública de apoyo al autor de La desheredada. En ella nació la idea de un centro de propaganda naturalista. • Otros artículos dispersos en diversas publicaciones sobre el naturalismo y la finalidad docente o no del arte. Empero, y con la excepción de algunos ensayos serios, como La desheredada, de Galdós, lo que se practica en España no es un auténtico naturalismo zolesco, sino una fórmula conciliadora que extrae algunos recursos formales de Zola sin seguir su doctrina ideológica (ateísmo, positivismo, determinismo). Este sincretismo es el que practican Pardo Bazán o el marqués de Figueroa. En España participaron de este movimiento hombres comprometidos con posturas cercanas al Krausismo o la iquierda como Galdós (La desheredada), Clarín y Vicente Blasco Ibáñez. Desde la óptica conservadora puede también hablarse de un Naturalismo cristiano no rigurosamente pesimista ni determinista en el que militaron autores como Pardo Bazán, Luis Coloma, José María de Pereda (que se acercó al naturalismo en su novela La Puchera), Juan Armada y Losada, José de Siles, Francisco Tusquets, Ángel Salcedo y Ruiz y Alfonso Pérez Gómez Nieva. Otro tercer grupo estaría integrado por los hombres de la revista Gente Nueva, luego ampliado en otra revista, Germinal, de ideología más extremista y que estaría integrado por los escritores del llamado Naturalismo radical: Eduardo López Bago, José Zahonero, Remigio Vega Armentero, Enrique Sánchez Seña, Joaquín de Arévalo, Jose María Matheu Aybar, Manuel Martínez Barrionuevo, Eugenio Antonio Flores, Silverio Lanza, Emilio Bobadilla, Alejandro Sawa, Silverio Lanza, Joaquín Dicenta (quizá el poeta y dramaturgo del naturalismo más importante en castellano), José Ortega Munilla, Jacinto Octavio Picón, Ernesto Bark, Ricardo Macías Picavea y algunos otros más. Epígonos del naturalismo son en cierta medida Felipe Trigo y Augusto Martínez Olmedilla.
El Naturalismo en Hispanoamérica
En América, vinculado al llamado indigenismo, Matías Gonzáles, así como el puertorriqueño Manuel Zeno Gandía, el chileno Augusto d'Halmar y Clorinda Matto de Turner quien tuvo un éxito total con su novela Aves sin nido. Otra figura destacada del naturalismo peruano fue Mercedes Cabello de Carbonera cuya novela Blanca Sol fue muy controversial. El argentino Eugenio Cambaceres tiene importancia por destacar la decadencia de la clase social más priviligada con novelas como Música Sentimental. En México, destacaron Federico Gamboa con su célebre novela Santa; Ángel del Campo, alias Micrós y Vicente Riva Palacio. En Cuba destaca sobre todo Carlos Loveira, acompañado de Miguel de Carrión y Jesús Castellanos.
domingo, 4 de noviembre de 2012
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